Mejor no podría haber sido. El viernes en Stuttgart cenando con Rebecca y Boris. El sábado lo pasé haciendo senderismo en la schwäbische Alb. Una marcha de cuatro horas y media contando las 3 o 4 veces que nos perdimos y la cervecita que nos tomamos para recuperar fuerzas. Por la noche estuvimos de fiesta en casa de un amigo de Boris. Que gente más maja. Todo fue genial. Al día siguiente subí al tren en Stuttgart para viajar hasta Düsseldorf, pero... Resulta que el tren tenía parada en Heidelberg y como el lunes no tenía clase pues... Sí, me bajé del tren y pasé el día con Claudia y con Thorsten. Por la noche compré un billete para el día siguiente. El lunes acompañé a Claudia a sus clases de interpretación y comprobé que ella puede conseguir ser intérprete. Muerta de cansancio llegué a casa sobre las cinco de la tarde. Eso sí, me sentí feliz por seguir siendo capaz de hacer esas locuras que me hacen sentirme viva. Pequeñas locuras como el bajarme del tren para ver a una amiga en medio de Alemania simplemente porque mi tren pasaba por ahí...
Os quiero mucho. Aquí una foto muy bonita de Rebecca y Boris.
