miércoles, 8 de octubre de 2008

Paz, tranquilidad, felicidad...

¡Hola a todos y a todas!
Os escribo para contaros que al fin he encontrado otro sitio para vivir. Un angelito medio alemán medio español y su madre me han ayudado y me han puesto en contacto con una familia de personas extraordinarias. Nunca había visto a personas tan buenas como éstas. Vivo con una pareja de alemanes que se llaman Angelika y Willy. Son un cielo. El hombre ha trabajado toda su vida con acero y tiene un taller lleno de máquinas para poder entretenerse. Resulta que hace réplicas de trenes que funcionan a vapor, después fabrica sus propias vías y las tiene por el jardín. No para de contarme historias interesantísimas y yo me siento muy bien. Además, tienen dos hijas y un hijo. Estos a su vez ya tienen hijos y son una pasada. No paran de decirme que se alegran muchísimo de que al final todo haya salido bien, de haber podido ayudarme y de que me quede con ellos. Tocan la guitarra, el piano y Angelika y Willy cantan en un coro. No podría haber aterrizado en un lugar mejor. El otro día toqué la guitarra, una canción mía en alemán que se llama Wiedersehen y se pusieron a llorar de la emoción. Decían: Sie spielt wie die Götter. Que quiere decir que toco muy bien y decidieron darme una guitarra para mí sola. No paran de darme abrazos y de decirme que si alguno de sus hijos estuviera en otro país y lo estuviera pasando mal les gustaría que alguien les ayudara.
El martes celebramos el cumpleaños de Thomas (marido de Moni, una de las hijas de Angelika y Willy) y el domingo es el cumple de Mathias (hijo de Michael, hijo de Angelika y Willy). De verdad que estoy muy feliz. Llevaba más de una semana despertándome a las seis de la mañana y desde que estoy con ellos puedo dormir sin problemas.
Ahora entiendo la razón de pasarlo tan mal y de que la residencia fuera así de horrible. Tenía que encontrar a estas personas tan maravillosas. Como dice Doro (hija de Angelika y Willy): Es gibt keinen Zufall. Las casualidades no existen.
Besitos

1 comentario:

La Jose dijo...

Hola Eugenia. ¡Cuánto me alegro de que por fin estés donde te mereces, en un buen lugar con gente buena! Yo también creo que las casualidades no existen, así que si estás ahí es porque era lo que te estaba esperando. Disfruta mucho.Y encima hasta has tenido tu mocaorà. Eres una suertuda.
Bueno, pues me alegro de que te vaya bien. Te seguiré en tu blog.
Besitos desde la gota fría.
La Jose.